PLANTAS FELICES
Cuando compramos una planta, tenemos que tener en cuenta que es un ser vivo.
Un ser vivo como una mascota, necesita un lugar adecuado para vivir y unas atenciones, no sólo para su supervivencia, si no para que se encuentre sana y «feliz». Está claro que en un perro, por ejemplo, podemos ver la felicidad en su comportamiento. En una planta, tenemos que verla por su aspecto, su correcto crecimiento y su salud.
Entendemos que compramos una planta «feliz», una planta sana y con buen aspecto. Esta planta por lo general, va a ser trasplantada, bien a otro contenedor, o bien a la tierra en un lugar definitivo. Lo primero es elegir la planta correcta para ese sitio. Las especies vegetales han sufrido también la globalización. Plantas tropicales con un hábitat de selva, con unos parámetros evolutivos de humedad relativa del aire muy alta, sustratos ricos en materia orgánica, temperaturas tropicales y luminosidad acorde a la especie concreta, pretendemos que sean felices dentro de una casa, oficina o restaurante, con unas condiciones ambientales a la medida del confort del ser humano.
Plantas y árboles acostumbrados a vivir en zonas del norte de Europa, con temperaturas frescas y lluvias abundantes, pretendemos que estén «felices» en un jardín en el centro de la península, con veranos abrasadores y tierras que muchas veces sólo son aptas para hacer botijos.
La experiencia del viverista profesional, es muy importante a la hora de ayudarnos para afinar al máximo en la elección de la planta. Hay que preguntar que plantas pueden ser candidatas para ocupar ese lugar según las características ambientales del mismo. El viverista profesional, nos puede aconsejar de qué manera podemos transformar dentro de lo posible las condiciones del terreno, como son: el drenaje y la tierra donde se van a desarrollar las raíces. Nos puede indicar la manera de proteger los troncos del Sol los primeros años. Nos puede dar unos parámetros de mantenimiento. Nos puede ayudar en definitiva a que la elección de esa planta pueda ser la de una planta con un futuro «feliz».
V I V E R O S P E Ñ A 2024
UN JARDÍN CON FENG SHUI
El feng shui es una filosofía de origen taoísta que se basa en la creación de espacios armónicos, con el fin de que influyan de forma positiva sobre las personas que lo habitan o disfrutan.
Se refiere como espacio a todo lo que está a nuestro alrededor en nuestra vida cotidiana. Cuando aplicamos el Feng Shui, lo normal es aplicarlo en nuestras casas y como parte de ellas en nuestros jardines.
A la hora de diseñar un jardín hay que tener en cuenta una serie de parámetros que estarán presentes en cada una de las plantas y elementos paisajísticos que coloquemos, el fin último es sentirnos bien en él, es que nos apetezca estar en él, que sea una habitación más de la casa que sirva para desayunar, leer, dormir, pensar….
¿Qué hago para poder conseguir esto? El paisajismo es el arte que transforma un ambiente para precisamente conseguir esto. Un buen paisajista podrá ayudarnos a hacer que nuestra terraza o jardín sean una habitación importante de nuestra casa, eligiendo esas plantas y elementos paisajísticos. Seleccionará árboles para que según su forma de crecer puedan tener diferentes funciones, como dar sombra para estar debajo comiendo o leyendo un libro, nos quite la vista de un aire acondicionado horroroso, tapen una ventana de la casa del vecino de enfrente o simplemente nos decore con una bonita floración de primavera o un espectacular colorido otoñal. Cada árbol tiene unas características de crecimiento, floración, color de hoja, cambio de estación etc., que harán que ese árbol sea el que tenemos que colocar ahí. El buen paisajista romperá los muros de los patios con celosías y trepadoras, ampliando el espacio y dando sensación de profundidad. Rematará con arbustos, flores y bonitas macetas de plantas aromáticas, y con un simple borbotón de agua en un pequeño estanque creará un lugar para dormir o pensar hipnotizados por su sonido.
El conseguir esto es posible, cualquier terraza por pequeña que sea, cualquier patio o jardín puede ser transformado y convertido en un espacio con Feng Shui, un espacio positivo y agradable donde nos apetezca estar. Probablemente si nos empeñamos nosotros mismos en hacer el diseño sin ayuda de un paisajista, no consigamos llegar a nuestro objetivo. Todos somos un poco médicos, pero cuando la cosa es seria rápidamente acudimos a un profesional de la medicina y si podemos al mejor especialista. Si queremos tener un bonito jardín tendremos que acudir también a un buen paisajista, que no tiene por qué ser ni el más caro ni el más famoso, es cuestión de preguntar, ver trabajos y localizar el que más se aproxime a nuestro gusto. Tampoco sirve que nos hagan un diseño espectacular de revista si no es un jardín práctico, funcional y lleno de buenas sensaciones que haga que sea ese espacio deseado para poder estar.
Nosotros hemos querido hacer de nuestro centro de jardinería un espacio con Feng Shui, un espacio agradable donde aparte de comprar se pueda disfrutar de un paseo, viendo nuestros jardines y secciones de plantas con ejemplares únicos, ejemplares seleccionados para que nuestros clientes puedan junto a nuestros consejos conseguir formar su deseado jardín.
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EXPOSICIÓN PRIMAVERAL: trabajos a realizar
Después de un largo invierno y una primavera casi inexistente, nos va a llegar de golpe una increíble explosión primaveral. Las continuas borrascas han impedido la aparición de las temidas heladas primaverales propias de situaciones anticiclónicas, evitando que se hayan producido daños en las plantas de nuestros jardines y terrazas. Las abundantes lluvias han cargado la tierra de agua, por lo que los árboles, arbustos y hierbas silvestres están en un ambiente perfecto para un desarrollo mayor de lo habitual. Las semillas de hierbas silvestres escondidas en la tierra durante meses e incluso en ocasiones años, saben que es el momento que estaban esperando, el momento perfecto para germinar y continuar el ciclo de la vida.
Este ambiente óptimo para el crecimiento vegetal, también es óptimo para el desarrollo de plagas y enfermedades. Los insectos y los hongos encuentran en este estadio vegetal su oportunidad para parasitar los apetecibles brotes frescos y tiernos de las plantas. Pulgones, cochinillas, oidio, caracoles, royas, malas hierbas…, son la otra cara de la moneda de una espectacular primavera potenciada por la abundancia de agua y buenas temperaturas.
Como en todas las épocas del año, en la primavera tendremos que realizar una serie de trabajos propios de la estación, teniendo además en cuenta las circunstancias que hemos mencionado anteriormente.
1.– Una de las primeras labores que se nos ocurre hacer en la primavera es abonar. Quizá tendríamos que haber pensado en hacer esta labor antes, durante el invierno, utilizando abonos orgánicos de calidad, ya que ahora para poder ver resultados rápidos tenemos que acudir a abonos químicos, y como hemos mencionado en otras ocasiones, los aportes rápidos de nitrógeno, siendo cierto que hacen crecer rápidamente las plantas, no lo hacen con tanta fortaleza como con los abonos orgánicos y hace a las plantas más apetecibles a plagas y hongos. Luego aunque lo bueno hubiera sido abonar antes con orgánicos, todavía recomendamos aplicarlos ahora y evitar así la utilización de abonos químicos.
2.– Los tratamientos fitosanitarios, son otra labor común en el inicio de primavera. Tendremos de observar y si vemos algo extraño consultar con un profesional, que por lo general sólo encontraremos en viveros muy especializados, como el nuestro. Hay que tener en cuenta que un producto mal aplicado o incorrecto, puede dañar a las plantas o no solucionar el problema empeorando la situación. Siempre que sea posible evitaremos la aplicación de productos contaminantes, utilizando alternativas ecológicas que respetan el medio ambiente. Las plagas y enfermedades más comunes en el inicio de primavera son: el pulgón, la cochinilla, los caracoles, el oídio, la roya etc.
3.– Otro trabajo primaveral del jardín es el control de las hierbas silvestres también llamadas malas hierbas.
Lo ideal es la eliminación manual, intentando sacar la raíz para impedir así que vuelva a brotar. Si esto fuera complicado o trabajoso, tendríamos que aplicar un herbicida, consultando previamente al especialista el producto adecuado y cómo debemos hacer la aplicación.
4.– Por último, a pesar de que existen muchas más labores primaverales, destacaremos el pinzamiento, que es una poda ligera de brotes en crecimiento. Según crecen los brotes, podemos realizar cortes en ellos dejando siempre parte de nuevo crecimiento, de esta forma de cada brote cortado brotarán en breve varios, pudiendo en estos repetir el proceso acelerándose así de esta forma el tiempo de formación de la planta. Un especialista nos indicará qué especies son susceptibles para realizar el pinzamiento.
En definitiva, la primavera es la época más importante de trabajos con las plantas, siendo la base fundamental para el resto del periodo vegetativo.
Artículo de Julio Peña Martínez. Director Gerente de Viveros Peña.
Viveros Peña: *Este artículo es propiedad de Julio Peña Martínez. Sólo se permite que otros puedan descargar dicho artículo y compartirlo con otras personas, siempre que se reconozca su autoría, pero no se pueden cambiar de ninguna manera ni se pueden utilizar comercialmente.
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EL JARDÍN AL FINAL DEL VERANO. EL OTOÑO, LA MEJOR ÉPOCA PARA PLANTAR
Tenemos el otoño a tiro de piedra. A estas alturas ya hemos podido comprobar si las plantas de nuestros jardines y terrazas han sucumbido, o han superado la prueba que supone nuestro duro y largo verano en España. Esto, sobre todo, en las regiones del interior peninsular, que a diferencia de las zonas costeras y del norte, tienen una humedad relativa del aire muy baja, por lo que las especies de plantas no autóctonas tienen que sufrir un plus de transpiración que en ocasiones no son capaces de asimilar.
Por otro lado, la evaporación del agua retenida en los capilares del suelo se produce con el doble o triple de velocidad que en zonas más húmedas, por lo que la frecuencia de riego tiene que ser mayor, o dicho de otra forma, hay que regar en intervalos más cortos.
Por tanto, nos encontraremos con dos escenarios:
– Si hemos acertado con los riegos y hemos sabido ubicar las plantas en una correcta exposición cuando las plantamos en primavera, a estas alturas tendremos árboles y arbustos bien arraigados, y todo un otoño para seguir disfrutando de las plantas de flor de temporada de primavera, que estarán cada vez más bonitas hasta los fríos del invierno.
– Si no hemos regado de forma adecuada, o nos hemos equivocado cuando elegimos las especie de planta o el lugar donde la pusimos, tenemos ahora por delante la mejor época para plantar, el otoño.
Una de las preguntas más frecuentes cuando se quiere hacer un jardín, es la referida al momento de plantación idóneo. Hoy en día se puede plantar durante todo el año. El cultivo en contenedor nos permite comprar plantas de cualquier tamaño y estar perfectamente enraizadas. Esto implica que con una plantación adecuada y un posterior mantenimiento de riego correcto, las plantas no tendrán por qué sufrir el trasplante. Sí, pero ¿hay una época que sea mejor que el resto?
La mejor época para plantar:
El otoño
La temperatura es perfecta, días no muy calurosos y noches frescas sin heladas.
Esta estación será por excelencia el otoño. Veamos por qué:
Si plantamos en verano, nos exponemos a ciertos riesgos como:
- un descuido de riego, que en esta estación puede suponer la muerte de la planta en muy poco tiempo.
- al trasladar las plantas del vivero a su lugar definitivo, se pueden producir daños en el transporte y una vez plantadas, quemaduras en troncos y hojas al recibir insolación en zonas no acostumbras por los cambios de posición con respecto a como estaban en el vivero.
En invierno:
- las plantas se encuentran en plena parada vegetativa, por lo que podremos plantar sin problemas todas las especies que estén en estas circunstancias
- no podremos plantar en el exterior especies que estén en invernaderos con calor
- tampoco podremos plantar plantas recién traídas de zonas más cálidas, sobre todo en la regiones del interior donde son habituales las fuertes heladas.
La mayoría opta por hacer las plantaciones en primavera. En la primavera empiezan los días en los que apetece estar en el jardín o en la terraza y nos entran las prisas para decorar y poner todo a punto lo antes posible.
Todo empieza a florecer y brotar, es como ponernos un pastel en la boca, los viveros se llenan de diversidad de flores, es el momento de plantar muchas especies, sobre todo de flores de temporada, que en invierno no hemos podido poner por las heladas y dejar el jardín listo hasta el final del verano.
Los árboles y arbustos que plantemos en primavera no tendrán tiempo suficiente para extender el sistema radicular fuera del cepellón que estaba en el contenedor, por lo que tendremos que dar en verano a estas plantas casi las mismas atenciones como si estuviesen recién plantadas.
El otoño es la estación del año en que, fuera del ámbito profesional, menos se piensa en plantar. El próximo verano está lejos y estamos poniendo las fundas a los muebles del jardín. Sin embargo, es la mejor época para plantar árboles y arbustos. La temperatura es perfecta, días no muy calurosos y noches frescas sin heladas.
Las plantas encuentran una estación de pleno crecimiento, algunas de raíces y otras de raíces y hojas. Lo más importante es que todo lo que plantemos va a tener un crecimiento radicular considerable, que continuará en parte del invierno y la primavera y hará que cuando estos árboles y arbustos lleguen al verano cuenten con raíces fuertes y extendidas que proporcionaran mayor capacidad de captar agua y nutrientes, que implica mayor salud y crecimiento.
Artículo de Julio Peña Martínez
Director Gerente de Viveros Peña
Etiquetas: otoño, trabajos de otoño, jardinería, jardín en casa, paisajismo, diseño de jardines, Viveros Peña
*Este artículo es propiedad de Julio Peña Martínez. Sólo se permite que otros puedan descargar dicho artículo y compartirlo con otras personas, siempre que se reconozca su autoría, pero no se pueden cambiar de ninguna manera ni se pueden utilizar comercialmente.
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CÓMO CONSTRUIR NUESTRO JARDÍN EN CUALQUIER ÉPOCA DEL AÑO
Hoy en día podemos construir un jardín en cualquier época del año. Afortunadamente, en los viveros existen una amplia gama de arbustos y árboles de pequeño y gran porte cultivados en contenedor, es decir, con el 100% de sus raíces desarrolladas para que al ser trasplantadas no tengan ningún problema, cualquiera que sea la época del año en que se realice. Si bien es cierto es que si esta operación se hace entrada ya la primavera o principio del verano, la atención que debemos prestar es mayor, pero son operaciones fáciles que están al alcance de cualquier profano en la materia.
Veamos los pasos que tenemos que realizar para hacer una correcta plantación:
1- Lo primero es saber cómo drena nuestro jardín, para ello lo más fácil es hacer un hoyo y llenarlo de agua, para luego observar en cuanto tiempo es absorbida por el terreno. Suponiendo que tarde en evacuar el agua, lo más aconsejable es pensar en hacer un drenaje. Es barato si se realiza antes de plantar y los elementos para realizarlo también son de bajo coste. Si fuera complicado hacer una zanja de drenaje para evacuar el agua sobrante, podríamos hacer un hoyo cercano más profundo que el hoyo de plantación, con una pequeña zanja que comunique ambos, luego rellenaremos la zanja y el hoyo de drenaje de grava y arena, de esta forma el agua en exceso irá a parar al hoyo de drenaje y poco a poco irá drenando sin estar demasiado tiempo en contacto con las raíces. Si esto tampoco fuera posible, haríamos el hoyo de plantación lo más profundo posible, rellenando éste de grava y arena hasta la profundidad de un hoyo normal de plantación cuyas dimensiones serán aproximadamente 2 ó 3 veces el volumen del cepellón de la planta.
2- Es importante colocar el sustrato abonado en el fondo del hoyo para incitar a las raíces a bajar lo más posible, así la planta estará mejor anclada y tendrá más resistencia al viento. No se debe enterrar la planta más de lo que estaba originalmente en la maceta. A veces como el hoyo se hace profundo, cuando las tierras ceden el cepellón se hunde, por lo que es conveniente transcurridos 10 ó 12 días y estando la tierra ya compactada, observar si esto ha ocurrido, en cuyo caso habrá que levantar el cepellón a ras de la superficie.
3- Aún siendo tan importantes estas operaciones a las que nos hemos referido, no se pueden comparar con la del riego, pues si bien es verdad que de ellas dependerá el desarrollo futuro de la planta, del riego depende el presente y por supuesto su futuro. Todos pensamos que la operación de regar es simple, y en realidad así es, sin embargo, mi experiencia profesional me demuestra lo contrario. Casi el 90% de las plantas que mueren o quedan diezmadas tras una plantación es por falta de agua, aunque se busquen otras causas (hongos, plagas, etc.) que realmente no pueden producir su muerte en tan poco tiempo.
A veces la plantación se hace en la praderas ya establecidas y se cree que con el agua del riego del césped es suficiente. Hay que pensar en el agua que pueda evaporar un árbol o un arbusto no se puede comparar con la evaporación del césped, que es muchísima menor, por lo tanto necesita un aporte extra de agua. Otras veces se piensa que una lluvia es un riego suficiente, y esto no es siempre así, y aunque fuera abundante nos servirá sólo para el riego de ese día. También pensamos que el riego de plantación es suficiente para muchos días, y este riego en época calurosa le sirve a la planta a lo sumo para dos días, por lo que al tercero empezará a tener sed, el cepellón perderá la humedad necesaria para volver a captar agua, y si a la hora del nuevo riego no se localiza en su cepellón donde sus raíces puedan absorberla, la planta llegará a su punto de marchitez pudiendo llegar a morir. Esto se puede remediar con riegos frecuentes y cantidades de agua razonables que empapen el cepellón.
Una pequeña presa no más grande que el cepellón que trae la planta (alcorque), retendrá y dirigirá por gravedad el agua al cepellón donde están todas las raíces, asegurándonos que el riego realizado será efectivo. Una capa de arena de río encima del alcorque a efecto de mulching, hará que la tierra no evapore, ahorrando agua y evitando que se forme una costra de tierra seca, que puede hacer efecto tejado impidiendo que el agua llegué al cepellón. Será conveniente conservar esta capa de arena a lo largo del tiempo.
Cuando se trata de árboles con tronco y copa, una práctica importante es forrar su tronco con arpillera durante los meses de calor, de esta forma evitamos que la corteza expuesta al poniente se caliente y ayudamos a que la savia fluya por los vasos con normalidad, previniendo quemaduras y mejorando el desarrollo del árbol. Esto lo haremos hasta que el árbol este asentado y con una copa abundante de hojas que proporcionen una protección natural del tronco.
Todas estas prácticas contribuirán sin duda al mejor desarrollo de los árboles y arbustos que plantemos en nuestro jardín.
Julio Peña Arribas
Ingeniero Agrícola
Viveros Peña.
Etiquetas: plantación, contenedor, plantas otoño, trabajos de otoño, jardinería, jardín en casa, paisajismo, diseño de jardines, Viveros Peña
*Este artículo es propiedad de Julio Peña Arribas. Sólo se permite que otros puedan descargar dicho artículo y compartirlo con otras personas, siempre que se reconozca su autoría, pero no se pueden cambiar de ninguna manera ni se pueden utilizar comercialmente.
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